El método Filadelfia está basado en los descubrimientos del Dr. Glenn Doman y es una alternativa al sistema tradicional de enseñanza, con un enfoque en la estimulación temprana . ¿Te gustaría conocer más de este modelo?
Conocer un modelo educativo distinto al que estamos habituados, representa un reto intelectual y reflexivo, en algunos casos nos lleva a encontrar un nuevo paradigma, sin embargo, ¿por qué es un desafío abrirnos a nuevas metodologías? De inicio, implica examinar sin entrar en comparaciones con el sistema tradicional de enseñanza, evitando buscar aciertos o deficiencias entre uno y otro.
Posteriormente, viene una fase de verificación para corroborar cómo funciona, cuáles son sus beneficios y los autores a quienes se les atribuye. Este punto es fundamental antes de considerar la aplicación de un sistema o retomar algunos de los fundamentos.
Precisamente, el método Filadelfia conlleva estos pasos por la controversia que puede derivar su aplicación. Para abordarlo, vamos a partir de un autor, Gleen Doman, médico estadounidense quien realizó importantes hallazgos en torno al funcionamiento del cerebro.
Su labor lo llevó a recorrer más de 100 naciones y trabajar con niños de todas las condiciones sociales, quienes tenían algo en común: habían sufrido lesión cerebral.
Doman tenía años observando lo mismo en sus pacientes tras un accidente cerebrovascular: “rara vez caminaban, a menudo no podían hablar y absolutamente nunca usaban sus pulgares correctamente”.
En busca de cambiar lo que parecía irreversible para estos niños. Doman formó un equipo de rehabilitación, cuyos inicios serían los cimientos del Centro de Rehabilitación de Filadelfia, lugar donde se desempeñó como director y fundó un método didáctico basado en bits para mejorar la calidad de vida en sus pacientes.
Lo interesante de su método es que con él demostró la capacidad del cerebro para regenerarse y permitir a niños con daño cerebral, aprender a leer.
Tras su comprobación, buscó aplicarlo en niños sin problemas de lesión cerebral para potenciar su aprendizaje.
¿En qué consistía este método? Vamos a entender los bits de inteligencia como cualquier estímulo o información concreta que el cerebro puede procesar a través de sus vías sensoriales: auditiva (palabra o sonido), visual (palabra escrita, imagen, iconografía), táctil (formas, texturas, peso), olfativa y gustativa.
Los bits de inteligencia adquieren forma a partir del uso de tarjetas con información visual y auditiva. Estas se muestran varias veces al día de forma escueta y rápida, leyendo el contenido en voz alta, con ritmo dinámico.
Tal como lo afirma Elisa, el método Filadelfia está enfocado en despertar la curiosidad a través del juego y aprovechar el pleno desarrollo cerebral para enseñar.
A través de experiencias significativas de aprendizaje, los niños pueden aprender sin esfuerzo y no por obligación: idiomas, música, matemáticas, deportes, arte, entre otras.
Su aplicación retoma los bits de inteligencia, combinados con estrategias de enseñanza. Además, hay una elevada motivación docente hacia los niños.
Entre sus beneficios destacan:
– Estimulación temprana para el aprendizaje
– Uso de recursos sencillos de corta duración (bits)
– Los niños disfrutan el aprendizaje
– Erradicación del estigma “la escuela es aburrida”
– Fomento y desarrollo integral del niño
Como verás, el método Filadelfia se puede aplicar en diversas áreas del conocimiento utilizando solo recursos de bits. Si quieres conocer más sobre la adaptación de Elisa, puedes consultar la cápsula informativa que tenemos para ti en nuestro Blog Aula Norma